Con la llegada de Windows 10, Microsoft intentaba poner remedio a los continuos fallos de Windows 8. Mediante una actualización casi “obligatoria”, aquellos usuarios que tenían en su poder una licencia de Windows 8, podrían actualizar su sistema operativo a Windows 10.
Como muchos de nosotros, la ciudadana estadounidense, Teri Goldstein, decidió sumarse al movimiento Windows 10 y tener su sistema operativo actualizado, pero no le fue todo lo bien que cabía esperar.
Si bien es cierto que Windows 10, deja en el pasado todos aquellos problemas e incompatibilidades que nos hemos podido encontrar en su anterior versión, Windows 8. De hecho Windows 10 es un sistema operativo bastante estable y muy intuitivo. Pero no todo fueron elogios para Microsoft. El proceso de actualización se realiza vía internet, es decir, si el usuario tiene en su poder un número de licencia original, por medio de este proceso de actualización, dicha licencia se convertirá en una licencia de Windows 10. A efectos prácticos, es como si hubieses adquirido una copia original de Windows 10. Por supuesto este proceso de actualización se llevará a cabo a través de un proceso de actualización online.
Una vez que hemos conocido el método de Microsoft para actualizar a Windows 10, vamos a conocer el caso de Teri Goldstein.
Como cada día Teri Goldstein, encendió su PC y cuál fue su sorpresa que su sistema opertaivo empezó a realizar el proceso de actualización sin que ella lo pidiese. Algo salió mal en el proceso de actualización que dejó su ordenador completamente inservible, con continuos cuelgues y fallos por doquier.
Teri tiene una modesta agencia de viajes en California, con lo que este repentino incidente, perjudicaría seriamente su negocio. No obstante, contactó por teléfono con el servicio técnico de Microsoft, pero desgraciadamente no la ayudaron ni le resolvieron el problema. Fue entonces cuando decidió pasar por los tribunales.
Las alegaciones que se produjeron por parte de Teri, fueron que ella no había oído hablar nunca de Windows 10 y que no se le preguntó en ningún momento si quería actualizar el sistema operativo. Finalmente, Microsoft quiso llegar a un acuerdo y pagó un total de 10.000 dólares por las pérdidas y molestias producidas.
Muchos podemos pensar que el usuario, en este caso Teri, no se dio cuenta y actualizó sin querer. Pero esto no exime de culpa a Microsoft, ya que la actualización a Windows 10 es muy compleja y no apta para todo tipo de usuario.
Con lo que si estáis pensando en actualizar a Windows 10, primero buscad un buen tutorial en internet, seguid sus pasos y no tendréis ningún problema.